La redacción telegráfica tenía un estilo especial, porque su costo dependía de la cantidad de palabras usadas.
Debía de ser: concisa, breve, sin tachones ni enmiendas y con frases recortadas que no afectaran la claridad y comprensión del mensaje.
La clave estaba en decir el máximo de información con la menor cantidad de palabras, no usaba: abreviaturas, saludo ni despedida. Tampoco: artículos, adverbios, preposiciones, conjunciones e interjecciones, tratando siempre que el sentido del párrafo se entendiera.
Las cantidades en número se escribían con letras: doce, trescientos, etcétera..